El diálogo y colaboración estrecha entre la investigación básica y la clínica resulta fundamental para acelerar la implementación práctica de avances en el manejo de la diabetes y sus complicaciones. En este contexto, la sesión conjunta que celebran la Sociedad Española de Diabetes (SED) y el área de Diabetes y Enfermedades Metabólicas Asociadas del CIBER (CIBERDEM), del Instituto de Salud Carlos III, se ha erigido en un punto de encuentro esencial y de referencia para los asistentes al congreso científico anual más importante que se celebra en España en el ámbito de la diabetes.
El XXXVI Congreso Nacional de la Fundación de la SED, que se lleva a cabo estos días en A Coruña, ha servido para poner de relieve cómo los avances científicos más recientes están acercando la investigación básica a la práctica clínica en el campo de las complicaciones asociadas a la diabetes tipo 2 (DT2). Bajo el título "Vinculando la ciencia y la práctica clínica", una mesa redonda ha abordado tres temas clave: la relación entre la enfermedad cardiovascular y la diabetes, y su abordaje terapéutico a través de nueva dianas terapéuticas; la patogenia y nuevas terapias de la enfermedad hepática metabólica; y las estrategias innovadoras de intervención en las alteraciones en el metabolismo lipídico en la diabetes tipo 2.
Como explica el Prof. Dídac Mauricio, director científico de CIBERDEM y presidente electo de la SED, “es fundamental seguir promoviendo espacios de diálogo entre la investigación y la clínica que permitan una traslación real del conocimiento científico hacia mejoras tangibles en el abordaje de la diabetes tipo 2”. En este sentido, según resalta, “esta sesión científica celebrada en el Congreso de la FSED nos permite mostrar cómo la investigación desarrollada por CIBERDEM está contribuyendo a identificar nuevas dianas terapéuticas y mecanismos fisiopatológicos, con un claro enfoque hacia la personalización del tratamiento y la prevención de complicaciones en las personas con diabetes".
La enfermedad cardiovascular ateromatosa que es la primera causa de morbimortalidad en la diabetes. Ahora, investigaciones lideradas por Josep Ribalta Vives, catedrático acreditado del departamento de Medicina y Cirugía de la Universitat Rovira i Virgili (URV) e investigador del CIBERDEM y en el Institut d'Investigació Sanitària Pere Virgili (IISPV), permiten un conocimiento más exacto del perfil lipoproteico en la diabetes y nuevos marcadores que puedan ayudar a mejorar el abordaje de este importante problema de salud.
La acumulación de colesterol en la arteriosclerosis es principalmente consecuencia de la acción combinada de tres tipos celulares: la célula endotelial, el macrófago y la célula muscular lisa. Como explica este experto, “la disfunción endotelial aumenta la permeabilidad de las LDL (aunque en diabetes también eleva los remanentes de lipoproteínas ricas en triglicéridos) y el reclutamiento de células monocíticas”. Tal y como continúa detallando el Prof. Ribalta, “las lipoproteínas se oxidan al ser retenidas en la matriz extracelular y son captadas por los monocitos activados a macrófagos. Estos macrófagos no pueden abandonar el espacio subendotelial y constituyen la fuente de acumulación de colesterol. Las células musculares lisas cambian a un fenotipo proliferativo, contribuyendo tanto a la captación de colesterol como al ambiente proinflamatorio”.
Este proceso es común al que se presenta en personas sin diabetes, pero en la diabetes se encuentra acelerado por múltiples factores, como la hiperglucemia, la producción de especies reactivas de oxígeno, productos avanzados de glicación, disfunción mitocondrial, etc.
En base a estos conocimientos, se están evaluando nuevas metodologías para caracterizar mejor el perfil lipoproteico en la diabetes, como la resonancia magnética nuclear, “que nos permite saber la concentración de diferentes clases de lipoproteínas menores a 70 nm y, que, por lo tanto, pueden acumularse en la arteria y explicar la arteriosclerosis en personas con LDL normal”, señala Ribalta, quien también destaca la identificación de nuevos marcadores asociados simultáneamente a lípidos, glucosa o inflamación, como la apolipoproteína CIII y sus proteoformas. Esto, según subraya, “permite identificar a personas con la misma concentración de apoCIII, pero perfiles opuestos en cuanto al riesgo cardiovascular”.
También sobre el metabolismo lípídico y la DT2 ha girado la intervención de la Prof. Clara Meana González, de la Universidad de Valladolid e investigadora del CIBERDEM, quien ha mostrado algunos avances en la comprensión y tratamiento la aterosclerosis en pacientes con diabetes tipo 2. Tal y como ha destacado, “la aterosclerosis es una complicación asociada a la diabetes en la que se aúnan, entre otros, una mielopoyesis estimulada por la hiperglicemia, una activación endotelial y un aumento de lípidos circulantes que son ingeridos por las células inflamatorias”.
Si bien es una patología de base metabólica, estos últimos procesos hacen que la visión de la aterosclerosis desde un punto de vista inmunitario sea esencial. La liberación de mediadores lipídicos por el endotelio activado favorece la captación y transformación de las células fagocíticas en células espumosas, con aumentos acusados en los niveles de grasos resultantes de la incorporación directa, de la síntesis de novo y de la beta-oxidación. “El análisis detallado de la distribución de estos ácidos grasos, su movilización y su impacto en la función de las células inmunitarias podría ser fundamental para la detección precoz de la aterosclerosis”, según la Prof. Meana.
En este contexto, como ha resaltado esta experta, técnicas como la cromatografía acoplada a espectrometría de masas se están volviendo cada vez más indispensables. “Gracias a estas técnicas, sabemos hoy en día que, en un contexto aterogénico, los monocitos y macrófagos incrementan su contenido celular de ácido graso antiinflamatorio hipogeico, esterificado tanto en fosfolípidos como en lípidos neutros, lo que podría posicionarlo como un excelente biomarcador de la enfermedad”.
Por su parte, Ángela María Martínez Valverde, del Instituto de Investigaciones Biomédicas Sols-Morreal (CSIC-UAM) e investigadora del CIBERDEM, ha profundizado en esta sesión conjunta en la patogénesis de la enfermedad hepática y la DT2, sugiriéndose algunas posibles estrategias innovadoras de intervención en estos casos
La estrecha relación entre el metabolismo y el sistema inmune (inmunometabolismo) es esencial en el desarrollo de resistencia a la insulina y diabetes tipo 2 (DT2), ambas asociadas a estados de obesidad. Los cambios en la microbiota intestinal que ocurren en individuos obesos inducen una inflamación crónica de bajo grado que altera las funciones de los tejidos responsables del control glucémico.
Entre ellos, el hígado es un órgano diana de los mediadores pro-inflamatorios procedentes del intestino (endotoxinas) y tejido adiposo (citoquinas, adipoquinas, ácidos grasos libres y especies lipídicas reactivas), capaz de reclutar distintas poblaciones de células inmunes que, junto con los macrófagos residentes (células de Kupffer), contribuyen a exacerbar la respuesta inflamatoria intrahepática. Estas condiciones determinan la progresión de la enfermedad hepática esteatósica metabólica (del inglés metabolic dysfunction-associated steatotic liver disease, MASLD). Se trata de una enfermedad crónica de alta incidencia dentro de la población insulino-resistente y obesa que comienza con la acumulación de grasa en el hígado (esteatosis) y progresa hacia un estadio inflamatorio de esteatohepatitis (MASH), fibrosis, cirrosis e incluso cáncer hepático.
En el laboratorio de Martínez Valverde se investiga a nivel molecular la interrelación entre las distintas células hepáticas (hepatocitos, células de Kupffer, células progenitoras y células estelares hepáticas) en la progresión de la MASLD. Además, como ha indicado, en relación con la interrelación entre MASLD y DT2, “estamos investigando sobre el interactoma (el mapa de las interacciones moleculares entre las proteínas humanas) entre las vesículas extracelulares pequeñas liberadas por los hepatocitos lipotóxicos con las células hepáticas no parenquimales, así como con las células beta pancreáticas”. Y, como otra prometedora línea de trabajo, “estamos identificando nuevos abordajes terapéuticos para combatir/frenar la MASLD basados en péptidos multiagonistas análogos de incretinas”, anuncia la experta del Instituto de Investigaciones Biomédicas Sols-Morreal y del CIBERDEM.